Uno de los grandes cambios para el período 2024-2025 es la posibilidad de amortizar libremente los vehículos eléctricos adquiridos por empresas, sin necesidad de aumentar la plantilla, lo cual supone una oportunidad significativa para aquellas que busquen renovar su flota de manera más eficiente y ecológica.
Las ventajas de la libertad de amortización de vehículos eléctricos.
La amortización libre permite a las empresas reducir la base imponible de su Impuesto sobre Sociedades (IS), lo que supone una ventaja económica inmediata. Este incentivo sustituye a la amortización doble, vigente hasta 2023, lo que representa un enfoque más directo y menos condicionado, ya que no requiere que la empresa aumente su plantilla para acceder al beneficio.
Por ejemplo, si una empresa adquiere un vehículo eléctrico que entra en funcionamiento el 1 de octubre de 2024, y lo amortiza completamente ese mismo año, podrá registrar fiscalmente una deducción por la totalidad del valor del vehículo. En términos contables, la empresa amortizará el vehículo en base a los coeficientes de tablas, pero fiscalmente podrá optar por amortizar la inversión completa en el mismo ejercicio.
Los requisitos para acceder al incentivo.
Para poder beneficiarse de este incentivo fiscal, es necesario cumplir ciertos requisitos. En primer lugar, el vehículo debe ser completamente nuevo, no aplicándose esta ventaja para vehículos de segunda mano. Además, debe tratarse de un vehículo eléctrico en cualquiera de sus modalidades:
- eléctricos de baterías (BEV)
- de autonomía extendida (REEV)
- de células de combustible (FCV)
- híbridos de células de combustible (FCHV)
- o híbridos enchufables (PHEV)
Los puntos de recarga también.
El incentivo no se limita únicamente a la adquisición de vehículos eléctricos. Las inversiones en puntos de recarga, tanto de potencia normal como de alta potencia, que entren en funcionamiento durante 2024 y 2025, también pueden beneficiarse de la libertad de amortización. Este aspecto es crucial, ya que una de las principales barreras para la adopción masiva de vehículos eléctricos sigue siendo la falta de puntos de recarga suficientes.
Para poder acogerse a este incentivo, las instalaciones de recarga deben cumplir ciertos requisitos, como disponer de la documentación técnica emitida por un instalador autorizado y estar debidamente registradas en el Registro Integrado Industrial. Además, la empresa debe obtener un certificado de instalación eléctrica, diligenciado por la comunidad autónoma competente.
Por ejemplo, una empresa de transporte decide actualizar su flota de vehículos con unidades eléctricas en 2024 adquiriendo cinco vehículos eléctricos y decide instalar una infraestructura de recarga en su sede central. En este caso, la empresa podrá amortizar libremente tanto los vehículos como la infraestructura de recarga, lo que le permitirá reducir significativamente su carga fiscal en el Impuesto sobre Sociedades durante ese ejercicio.
Las subvenciones y tratamiento fiscal.
Es importante destacar que, si la empresa recibe subvenciones para la adquisición de vehículos eléctricos o infraestructuras de recarga, estas deben tratarse como subvenciones de capital, imputándose en la misma proporción en que se amortiza el activo. Esto significa que, aunque se acoja a la libertad de amortización fiscal, la imputación de la subvención seguirá las reglas contables habituales.
Por ejemplo, si una empresa recibe una subvención de 4.500 euros por la compra de un vehículo eléctrico, deberá contabilizarla en proporción a la amortización contable, aunque fiscalmente lo amortice en su totalidad en el primer año. De este modo, la empresa deberá registrar un ingreso proporcional a la vida útil del vehículo en lugar de hacerlo en un solo ejercicio fiscal.
Conclusión.
La libertad de amortización de vehículos eléctricos y puntos de recarga supone un incentivo muy atractivo para las empresas españolas que estén considerando la transición hacia una flota más sostenible. Además de los beneficios fiscales inmediatos, la adopción de vehículos eléctricos puede mejorar la imagen corporativa y alinearse con los objetivos de sostenibilidad que muchas empresas y gobiernos persiguen actualmente.