En la vida cotidiana de las empresas es común que los trabajadores necesiten ausentarse del trabajo por razones personales. Los días de libre disposición son una herramienta que permite a los trabajadores gestionar asuntos personales y, al mismo tiempo, conciliar su vida laboral y familiar. Sin embargo, la manera en que se otorgan y gestionan puede variar según la empresa y el convenio colectivo aplicable. Aunque estos días son reconocidos en muchos convenios colectivos, su gestión puede ser algo compleja para las empresas. ¿Cómo debe actuar una empresa cuando uno de sus trabajadores solicita uno de estos días?
¿Qué son los días de libre disposición?
Los días de libre disposición, o días de asuntos propios, son jornadas que los empleados pueden usar para ausentarse del trabajo sin tener que justificar una razón específica. El propósito de estos días es permitir que los trabajadores puedan realizar trámites o gestiones que no pueden resolver durante su tiempo libre o los días de descanso habituales. Este tipo de permisos no está regulado de forma general en la legislación laboral sino que suele depender de los convenios colectivos o de las políticas internas de la empresa. Por lo tanto, si un trabajador solicita uno de estos días, lo primero que la empresa debe hacer es revisar lo que establece el convenio aplicable.
¿Es obligatorio concederlos?
En términos generales, la ley no obliga a las empresas a conceder días de libre disposición a sus empleados. Sin embargo, en muchos casos, los convenios colectivos o las políticas empresariales establecen el derecho a disfrutar de estos días. Por lo tanto, es crucial que, ante una solicitud de este tipo, la empresa consulte el convenio colectivo para verificar si los días de libre disposición están reconocidos. Si el convenio lo establece, la empresa estará obligada a conceder el día solicitado por el trabajador.
Además, si no hay una regulación explícita en el convenio o en las políticas internas, es importante evaluar si existe una práctica recurrente en la empresa. Si la empresa ha permitido de manera regular el uso de estos días sin restricciones en el pasado, esto podría ser considerado un derecho adquirido, y modificar esta práctica podría suponer una modificación sustancial de las condiciones laborales, lo cual requeriría un procedimiento específico para llevarlo a cabo.
¿Es necesario recuperar estos días?
Uno de los temas más discutidos en torno a los días de libre disposición es si el trabajador debe recuperar el tiempo que no ha trabajado. En este sentido, la normativa laboral no establece una obligación general para que estos días sean recuperados. La respuesta a esta cuestión depende, una vez más, de lo que disponga el convenio colectivo o la política interna de la empresa.
Si el convenio o las políticas de la empresa no regulan explícitamente si estos días deben recuperarse o no, entonces la empresa deberá observar cómo ha gestionado estas situaciones en el pasado. Si históricamente no se ha exigido la recuperación de los días de libre disposición, cambiar esta práctica podría generar conflictos con los trabajadores y, potencialmente, dar lugar a reclamaciones.
Los días de libre disposición: 4 preguntas frecuentes al respecto y recomendaciones.
¿Qué pasa con la retribución?
Otro aspecto importante a tener en cuenta es si el trabajador debe seguir cobrando su salario habitual durante el disfrute de estos días. En muchos casos, los convenios colectivos tratan los días de libre disposición como permisos retribuidos, lo que significa que el empleado recibe su salario normal a pesar de no haber trabajado. En cambio, si el convenio no establece nada en este sentido, la empresa tiene margen para decidir si estos días serán retribuidos o no.
Es importante que la empresa sea clara en su comunicación respecto a la política de retribución en estos casos. Si no existe una normativa clara en el convenio colectivo, es recomendable que la empresa defina con antelación si los días de libre disposición serán considerados como permisos retribuidos o no.
Recomendaciones para la empresa.
Cuando un trabajador solicita un día de libre disposición, la empresa debe actuar con prudencia. Lo primero es revisar lo que establece el convenio colectivo o las políticas internas sobre este tipo de permisos. Si el convenio reconoce el derecho a estos días, la empresa debe concederlos en las condiciones que se estipulen.
En ausencia de una regulación clara, es importante analizar cómo se ha gestionado este tipo de permisos en el pasado. Si la empresa ha concedido estos días de manera habitual sin exigir su recuperación, imponer ahora la obligación de recuperar el tiempo perdido podría ser problemático. Para evitar conflictos o reclamaciones, es aconsejable que las empresas implementen una política interna clara que regule el disfrute de estos días, especificando si son retribuidos, si deben recuperarse y bajo qué condiciones se pueden solicitar.