El Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD) puede convertirse en una carga significativa sobre todo cuando se trata de una herencia de inmuebles. Sin embargo, existen fórmulas legales para rebajar ese coste y proteger mejor el patrimonio familiar.
El punto de partida: inmuebles alquilados sin actividad económica.
Imagina el caso de una persona que vive en su vivienda habitual y, además, tiene varios pisos arrendados. La gestión de estos alquileres no alcanza el nivel de “actividad económica” a ojos de Hacienda, porque no cuenta con una estructura empresarial (por ejemplo, un empleado contratado a jornada completa).
Esto implica que no se pueden aplicar beneficios fiscales tan ventajosos como la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio o la reducción del 95% en el ISD por transmisión de empresa familiar. En consecuencia, cuando esos inmuebles se transmitan por herencia, los herederos tendrán que asumir una tributación elevada.
Una vía práctica: incluir a los nietos en la herencia.
Una estrategia eficaz para reducir la factura fiscal consiste en abrir el reparto de la herencia también a los nietos, en lugar de concentrarlo únicamente en los hijos.
Existen diferentes fórmulas:
- Asignar bienes concretos a los nietos: por ejemplo, un local o una plaza de garaje.
- Separar el usufructo y la nuda propiedad: el hijo recibe el usufructo (uso y disfrute de los inmuebles), mientras que la nuda propiedad se adjudica a los nietos.
De este modo, el hijo mantiene el control sobre los inmuebles, ya que puede alquilarlos y obtener rentas, mientras que el valor de la nuda propiedad se reparte entre varias personas, con la consiguiente reducción en impuestos.
¿Por qué funciona esta estrategia?
- Progresividad del impuesto: el ISD aplica tipos más altos a herencias de mayor valor. Si se reparte entre varios beneficiarios, cada uno recibe menos patrimonio individualmente y tributa a un tipo más bajo.
- Reducciones por parentesco: cada heredero o legatario (hijos y nietos, en este caso) aplica su propia reducción en la base imponible. Al aumentar el número de beneficiarios, las reducciones totales también se multiplican, lo que incrementa la parte de patrimonio que no tributa.
Cómo reducir la carga fiscal en la herencia de inmuebles: una estrategia sencilla con hijos y nietos.
Un ejemplo ilustrativo.
Un viudo con un hijo de 58 años y dos nietos de 23 y 20 años que posee:
- Vivienda habitual: 250.000 €
- Tres pisos en alquiler: 900.000 €
- Otros bienes y derechos: 150.000 €
El patrimonio total sería de 1.300.000 €
Escenario 1: hereda solo el hijo.
El hijo hereda la totalidad del patrimonio. La base liquidable tras aplicar reducciones será elevada y la cuota del ISD alcanzará aproximadamente los 360.000 € (cálculo orientativo, según normativa estatal).
Escenario 2: usufructo al hijo y nuda propiedad a los nietos.
El usufructo de los pisos se valora en torno al 31% de su valor, es decir, unos 279.000 € y ya nuda propiedad (621.000 €) se reparte entre los nietos, además de adjudicarles parte de los bienes adicionales.
Además, cada heredero aplica su propia reducción por parentesco.
El resultado final sería la suma de las cuotas de hijo y nietos que rondaría los 250.000 €, es decir, un ahorro cercano a los 110.000 € respecto al primer escenario.
Aspectos legales a tener en cuenta.
- Respeto a la legítima. La ley obliga a reservar una parte mínima de la herencia al hijo, aunque se reparta patrimonio con los nietos.
- Normativa autonómica. Las reducciones y bonificaciones varían según la comunidad autónoma. Algunas regiones aplican beneficios adicionales que pueden mejorar aún más el resultado.
- Planificación previa. Conviene revisar el testamento y la composición del patrimonio con antelación, para que la estrategia esté correctamente planteada y se cumpla la normativa civil y fiscal aplicable.
Conclusión.
Cuando una persona tiene inmuebles y quiere dejar en orden su herencia, pensar en los nietos como herederos directos puede ser una solución inteligente para reducir la carga fiscal. Al distribuir el patrimonio entre más beneficiarios se aprovechan mejor las reducciones del ISD y se suaviza el efecto de la progresividad del impuesto.
En definitiva, con una buena planificación sucesoria, es posible transmitir los inmuebles de manera más eficiente, proteger al hijo gracias al usufructo y garantizar que los nietos también disfruten del patrimonio familiar, todo ello con un ahorro fiscal significativo.